El proyecto fue pensado bajo el desafío de diseñar prácticas de extensión integradas al currículo universitario, brindando así a los estudiantes la oportunidad de involucrarse en la resolución de problemas reales de la comunidad, trabajando en escenarios en donde el aprendizaje y la enseñanza sean bidireccionales y pueden ejercitarse las habilidades sociales en la interacción con otros actores.
Para los docentes de las asignaturas participantes, este proyecto ha desafiado la práctica en función de poner a prueba otras formas de enseñar, aprender y evaluar, siempre orientadas a fortalecer y estimular el desarrollo y la formación integral de los futuros profesionales.
Bajo esta perspectiva de integralidad de las funciones universitarias (docencia, extensión e investigación), el proyecto propuso la metodología de Investigación Acción Participativa (IAP). Trabajar desde este modo de hacer ciencia de lo social, con rasgos propios que permiten la construcción colectiva del conocimiento crítico de la realidad, fortalece la capacidad de participación de la comunidad, impulsa la modificación de las condiciones que afectan su vida cotidiana y promueve la apropiación de este conocimiento como instrumento transformador de su realidad, también implicó un desafío en función de unificar acciones propias de la cursada y la comunidad.
Las actividades buscaron promover la creación de un espacio donde los contenidos específicos de algunas de las asignaturas de la carrera se construyan a la luz de los saberes alimentarios populares, así como estos se entiendan desde el análisis científico.
El nombre del proyecto justamente da cuenta del objetivo de poner en diálogo los saberes nutricionales con los gastronómicos que, conservando sus especificidades, implicó grandes aprendizajes de cada una de las miradas.
Saberes y sabores en diálogo