Las reservas de aguas dulces son vulnerables a cambios en su calidad, debido al
ingreso de contaminantes de diferentes fuentes y por diversos mecanismos de transporte a los
cauces hídricos, produciendo cambios físico-químicos y afectando por consiguiente las distintas
comunidades que en ellos viven. La compleja y problemática contaminación de la biota
acuática produce un consecuente impacto en la salud humana.
Los lagos y embalses tienen ciertas características especiales como, por ejemplo, el mayor
tiempo de permanencia del agua, y por ende, menor renovación de la misma, lo que los hacen
más susceptibles a la contaminación y deterioro que los ríos. Estas contaminaciones se han
acelerado por las acciones antropogénicas como aguas residuales insuficientemente tratadas,
escurridos de áreas agrícolas fertilizadas, actividad ganadera e industrial y deforestación.
En zonas aledañas al embalse de Salto Grande se ha observado una intensificación de cultivos y
el uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas y el aumento de las poblaciones afectan las
reservas de agua dulce en la región, con la consiguiente contaminación por plaguicidas, haciendo
factible su acumulación en los peces que habitan los cursos de agua.
Los compuestos orgánicos, tales como los plaguicidas organoclorados, cuya estructura les
confiere una alta estabilidad física y química, que favorecen su persistencia en el ambiente y su
lenta biodegradabilidad, y por lo tanto son considerados de interés sanitario asociados a la
contaminación de la fauna ictícola. Se bioacumulan en los ecosistemas terrestres y acuáticos, ya
que son transportados por el aire, el agua y las especies migratorias.
Los peces están íntimamente ligados a su hábitat; respiran, osmoregulan, y obtienen su
carácter térmico en relación al agua circundante. Además, el agua les sirve como un conducto
para muchos procesos vitales.
Los contaminantes son absorbidos por los peces a través de las branquias, piel y tracto
gastrointestinal, por el contacto directo con el agua o sedimento, y por ingestión de otros
organismos ya contaminados. Existiendo una variedad de procesos que actúan para distribuir
dentro del pez los tóxicos absorbidos. Algunos compuestos son acumulados en los tejidos
durante cortos o largos períodos de tiempo, mientras otros son móviles y transitan dentro y fuera
del animal.
Los peces pueden ser utilizados como indicadores de las condiciones y contaminación de los
ecosistemas. Estos son consumidos por los seres humanos, y la presencia de contaminantes
puede causar serios problemas a la salud. Por lo que, en el presente trabajo, se han planteado
como objetivos evaluar las variables ambientales consideradas de relevancia en muestras de
agua y el contenido de plaguicidas, tanto en agua como en músculo de pescado de algunas
especies predominantes en el Embalse de Salto Grande. Esto permitirá aportar información
actualizada sobre el impacto del uso de la cuenca sobre la biota.